Continuación del libro Rebeldía frente a nuestros Jueces.











Titulo del libro


REBELDIA FRENTE A NUESTROS JUECES

(de servidores de la Ley han pasado a ser sus amos)





Autor

Abogado B





Fecha prevista de publicación

Septiembre 2009



Capitulo IV


Desesperanza


Gracias por defendernos a todos


Se cumple un mes desde que la familia Meño acampara en la Plaza Jacinto Benavente de Madrid pidiendo ¡nada menos! que Justicia.

Han iniciado un proceso de ruptura contra el Sistema. Y como Sócrates, están muy lejos de defenderse a sí mismos. Es a todos nosotros a quienes están defendiendo.

Según acontece en los procesos de ruptura, los hechos pasan a un segundo plano. Lo que importa son los principios, enfrentarse al orden establecido, el que le dijera a Antonio y a Juana: Uds. se aguantan con su hijo en coma por una negligencia médica y pagan además cuatrocientos mil euros de las costas del proceso en el que reclamaran ayuda para su cuidado.

Gracias Antonio y Juana. Es gratificante saber que aún hay quien hace frente a los abusos del Poder.




***



Corrupción en el Comité de Derechos Humanos



Absuelto el anestesista en el recurso de apelación penal, Antonio y Juana acudieron ante el Tribunal Constitucional consumándose otra desgracia.

En aquellas fechas, la recién creada Corte de amparo no tenía bien definido el derecho a un proceso con todas las garantías. Y venía entendiendo que el recurso de apelación atribuía al Tribunal de segunda instancia la facultad de valorar y discrepar de las pruebas practicadas en la primera instancia, sin necesidad de que las mismas se realizasen ante él.

Fue necesario esperar a la Sentencia del Pleno del Tribunal Constitucional 167/2002, para que rectificaran su anterior doctrina. Y tal Sentencia, siguiendo las directrices de la Corte de Derechos Humanos de Estrasburgo, dejó por primera vez muy claro que cuando el Tribunal de apelación ha de estudiar en su conjunto la culpabilidad o inocencia del acusado, el derecho a un proceso con todas las garantías exige que este examine en una nueva vista directa y personalmente al acusado, testigos y peritos.

Desafortunadamente el recurso de la familia Meño se presentó en el año 1.993 y en junio del año siguiente fue rechazado por el Tribunal Constitucional, sustentándose en la primitiva y errónea doctrina expuesta. Aunque los recurrentes tenían razón, se adelantaron en el tiempo, lo que significaba tanto como no tenerla.

Sin embargo al Comité de Derechos Humanos ante el que acudieron Antonio y Juana el 26 de noviembre de 2008 sí viene aceptando entre las garantías de un proceso justo, el derecho a un juicio oral ante el Tribunal de apelación. Porque como dijo ese Comité en su Dictamen de 5 de noviembre de 1992, Karttunen contra Finlandia: “solo este procedimiento hubiera permitido que el Tribunal de Apelación procediera a una nueva evaluación de todas las pruebas presentadas por las partes”.

Pero los Meño son españoles y además pobres. Y la ilusión puesta en el Comité de Derechos Humanos se desvaneció de inmediato. La falta de Justicia dentro de nuestro país les acompañó también fuera. A los escasos días de haber enviado la voluminosa documentación a la sede del Comité, en Ginebra, le llegó esta devuelta. Una firma sin nombre, oculta detrás de un ente: “Unidad de Comunicaciones”, le remitió todos los papeles. ¡Que no quede ni rastro de la petición!

La humillación de poner urgentemente fin a un caso no iniciado no era bastante. Faltaba hacer uso además de la provocación: “Tras haber examinado detenidamente el contenido de su Comunicación…” comenzaba diciendo la estereotipada carta, concluía esta con un: “se la devolvemos porque el Comité no está en condiciones de asistirle”.

Antonio y Juana se dirigieron con rabia a su Presidente.
.-Suponemos que está enterado del alarmante desprestigio que sufre ese Comité-, le dijeron.
-Tenga a bien facilitarnos el nombre de la persona que echó para atrás nuestro asunto-, le pidieron.
-Y dígale al que examinó “detenidamente” nuestra Comunicación, que elabore un resumen del caso para verificar si fue verdad que la leyó-, le retaron.

Ingenuos Antonio y Juana. E ingenuos todos nosotros. La misma mano negra, ese garabato de la “Unidad de Comunicaciones”, respondió por el Presidente del Comité y por todo el Comité: “las posibilidades de que su queja obtenga una decisión favorable por parte del Comité son mínimas” -fácil forma de acallar el grito de los débiles-.

¿Quién es el autor de esa firma que desde el anonimato se atreve a vaticinar el veredicto de los 18 miembros del Comité? Las posibilidades de que prospere el recurso de los Meño son muchas, pero aún siendo mínimas, se las cargó sin miramientos el desconocido interlocutor del Comité haciendo desaparecer el caso.

Ya no existe reclamación. Antonio y Juana nunca acudieron al Comité de la ONU. Y en sus informes anuales dirán que en España se respetan los derechos fundamentales porque no les llegan denuncias de nuestro país.

Pero los padres del infortunado Antonio ya le avisaron a ese fantasma que dirige los destinos del Comité: “No tenemos otra cosa que hacer en lo que nos queda de vida que cuidar de nuestro hijo y luchar contra todas las arbitrariedades que impiden que se haga Justicia”.

Y escribieron el 16 de abril de 2009 una nueva carta al Presidente del Comité. Esta vez en francés. “Monsieur le Président...un minimum d’information”. Pero la respuesta no llega. ¿Por qué sufragamos los gastos de una Institución tan costosa como perversa?

***

Concentración

Juana y Antonio continúan día y noche con su hijo en la calle, recogiendo firmas para que el Estado español le pida cuentas al Comité. Este es uno de los motivos que les llevó a tomar tan dura determinación. Junto al Ministerio de Justicia, donde le prometieron que les dejarían enchufar un ventilador para soportar mejor la ola de calor que abrasa Madrid. Promesa que han incumplido por orden tal vez del propio Ministro, quien en una reciente entrevista acaba de decir que las injusticias no le dejan dormir.

Políticos, los nuestros, que tienen como único fin atender a su felicidad y que llegados a la cúspide no necesitan agradar más, ni mucho menos satisfacer las expectativas que de ellos se esperaban.

El quiosquero de la Plaza Jacinto Benavente le dio la luz. Antonio y sus padres combaten con éxito al calor. El corazón y la solidaridad de los españoles suple con creces el desprecio de nuestros dirigentes.

Hay prevista en dicha plaza una concentración para el 16 de julio de 2009 a las 20 horas. La misma empieza a parecerse ya a la Plaza de mayo argentina. A Antonio le abandonaron la Justicia y los políticos pero cada día tiene a más madres que cuidan de él.



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